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No hay nada como la alegría de las flores frescas: cómo iluminan una habitación, te alegran el día y añaden un toque de la magia de la naturaleza a tu hogar. Pero, siendo sinceros, verlas marchitarse demasiado pronto es un poco desgarrador. ¿La buena noticia? Con unos sencillos trucos, puedes prolongar la vida de tu ramo, manteniéndolo fresco, fabuloso y lleno de encanto por mucho más tiempo del que jamás imaginaste.
Al dedicarles un poco más de cariño a tus flores, puedes transformar un solo ramo en una serie de momentos florales en constante evolución, desde un arreglo exuberante y majestuoso hasta delicados floreros con capullos esparcidos por tu casa. Aquí te mostramos cómo prolongar la belleza y la alegría de tus flores durante días (¡o incluso semanas!).
¿Agua estancada y turbia? ¡No, gracias! Cada dos o tres días, refresca tus flores proporcionándoles un jarrón limpio y agua fresca y cristalina. ¡Piensa en ello como un día de spa rejuvenecedor para tu ramo! Si tienes conservante floral a la mano, añade una pizca; es como un refuerzo vitamínico para tus flores, manteniéndolas vivaces y vibrantes.
Así como un corte de pelo fresco les da nueva vida, podar los tallos de las flores cada pocos días las mantiene vivas y hermosas. Con tijeras afiladas o de jardín, corta aproximadamente 2,5 cm de cada tallo en un ángulo de 45 grados. Esto les ayuda a beber más agua, manteniéndolas lozanas e hidratadas. ¡Puntos extra si lo haces bajo el chorro de agua para evitar que las molestas burbujas de aire les impidan beber!
Aunque nos encantaría que cada pétalo durara para siempre, algunas flores inevitablemente empezarán a marchitarse. ¡No dejes que arruinen todo el arreglo! Retira con cuidado las flores marchitas para mantener las restantes frescas y fabulosas. Piensa en esto como si estuvieras cuidando tu ramo para mostrar solo lo mejor y más brillante.
A medida que tu arreglo empieza a encogerse, no dejes que se vea escaso, ¡reinvéntalo! Coloca las flores restantes en un jarrón más pequeño y encantador, o incluso en un bonito frasco de vidrio. Recórtalas, añade agua limpia y, ¡voilá!, tu ramo cobra una segunda vida, tan encantador como antes.
Incluso cuando solo quedan unas pocas flores, ¡su belleza no ha terminado! Coloca tallos individuales en pequeños floreros, tazas de té vintage o incluso en una botellita de cristal. Colócalos en tu mesita de noche, coloca uno en la encimera del baño o coloca algunos junto al fregadero de la cocina para una grata sorpresa. De repente, tu magnífico ramo se ha transformado en una serie de caprichosos detalles florales que alegran cada rincón de tu hogar.
Siguiendo estos sencillos pasos, prolongarás la vida de tus flores y crearás una decoración rotativa de momentos frescos y encantadores. Con un poco de cuidado extra, tu ramo pasará de ser una efímera explosión de belleza a una eterna pasión por las flores, ¡un pétalo a la vez!